Y bien amigo,
ahora estas tres metros
bajo la planta de mis pies,
llena esta tu frente de flores
y el sol ilumina ya tu poniente.
En vida fuiste feliz
era tu sonrisa locura de vivir,
pero hoy descansas en la fosa
que servirá como eterna morada
a tu truncada juventud.
Amaste y te amaron
pero en el ultimo momento
de nada las lagrimas sirvieron
pues tu destino estaba escrito
y nada te podía ya salvar.
Y por eso los que te amaron
se quedaron con los brazos abiertos
por que tus recuerdos
les dejaron los corazones inciertos
de volverte a ver.
Dios bendiga tu alma
que no corroerá el tiempo
pues aunque te fuiste
nadie te podrá olvidar.
Para tí... Victor Gonzalo
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